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Mostrando entradas de 2021

Esperanza para el nuevo año

  1 Ramas de flamboyán. Certezas de semillas las vainas secas. Siempre habrá alguna duda, pero la vida es clara en el navío de una flor. S onajero de semillas. Manos de savia unidas en barquitos de madera. 2 Vainas de flamboyán iluminan de semillas la calle: guirnaldas de Navidad. Cáliz de causas justas en la mesa de Noche Buena. Nacimiento de paz todos los días. Tragos de muerte nunca más. Poemas: Benita López Peñate

Anclaje

  Ayagaures Asideros de palabras para escapar del precipicio. Puntos de anclaje. Polea en el pozo. Cuando el poema está arriba la sed desaparece. Fotografía: Airam Hernández López Poema: Benita López Peñate

Almohada de besos

Tal vez esta noche estemos juntos. Eres un sueño. Apago la luz visible y me decido a dormir. Tengo deseos de inventarte. A lomos de un sueño recorro el mundo. Los sueños tienen pies y caminan. Almohada de besos que soñé  descansa mi cabeza. Fotografía: Airam Hernández López Texto: Benita López Peñate

A Loly Miranda Pestana

 Este poema lo escribí un día inspirado en Loly Miranda Pestana, en su trabajo y en su persona como Psicóloga en el Centro de Igualdad de San Bartolomé de Tirajana. Forma parte de un libro que publiqué en el año 1998, Miradas de agua. Muy mejorables son sus versos, tal vez ahora los escribiera de otro modo, pero al menos algo de ella son capaces de transmitir. Trabajamos juntas 25 años, desde 1992. Años difíciles, pero también de pasos hacia adelante, de mujeres queriendo reconstruir sus vidas a pesar de la inexistencia de ayudas económicas y de leyes específicas contra la violencia sexista. Mujeres que llegaban a Loly buscando la esperanza de su escucha.  Este lunes falleció. Le gustaban mucho las mariposas y también las lunas. Andará por ahí arriba.

FILOSOFÍA, de mi libro De mi alma luces, publicado en el 2019 con la editorial Mercurio.

 

Dulzura

Despensa de mermelada la casa llena de fruta. Tiempo de almíbar. Acopio de manjares la tierra en fruto. Crepúsculos de pulpa. Se demoran las horas tibias de agua y azúcar. Fotografía: Miriam González Gómez Texto: Benita López Peñate  

Luna de septiembre

        1 Y si aparecieras en este fruto... Aun es verde nuestra concha. Abrirla cuando sea madera. Ahora no alcanzaría el ser como lo alcanza la almendra o un águila en el huevo de un nido.      2  Apago todas las lámparas. En la ternura no necesito guiar mis pasos.     3 Leo tu nombre y mi corazón vuela. Aletea en el aire y regresa  a la jaula de mi pecho. Fotografía: Airam Hernández López Texto: Benita López Peñate

Atardecer

  Es tanto el calor tibio que el deslumbre no me importa: cuanto más te observo, más perfecto, más que pareces mío. Caes por detrás de transparentes nubes, como si fueras una moneda cayendo en una hucha o una carta entrando en el buzón. Sensual, te escondes, asomas y te detienes, al descubierto, iris del cielo, mi tercer ojo. Y ya no quieres más transparencias. Desnudo, tocas la tierra y entras. Benita López Peñate, del libro Celosías (Beginbook 2015)

Recogimiento

  Recogimiento. El caracol en su concha rodeado de mar. Agarrado a la piedra las olas no lo tumban. Benita López Peñate

Aparcería

  1 A un lado la montaña -cuarterías blancas y socos de caña-, al otro lado la playa y en medio escultores de surcos armando la tierra con el sacho. Las mujeres lavan en la acequia y rocían los patios. Los niños y niñas juegan con palos y verguillas. Se avecina la zafra, se desandan las cucañas. Sombreros y pamelas las mujeres y hombres. Tiras de platanera, se hace la latada,  la semilla se planta, se riega, enguana y raspa la hierba. Se deshijan y amarran los tomateros a la primera y segunda caña. Trabajador a la parte, flores amarillas llenan de tomates los fardos en la cintura, las cajas en los bajantes por un anticipo que no se desquita nunca y se debe siempre  a quien pesa en el almacén la fruta. Termina la zafra, vuelven las cucañas y los baños en la playa. Se desliza la tarde, baño de agua dulce en el afluente de un risco junto a la playa. Regreso a la cuartería.  C onversaciones en los patios.   Se encienden l...

Un águila

 A mi padre Posado en lo alto de la cumbre un águila prepara su viaje. Durante horas mira animal serio la seriedad quieta del mar, la majestuosa magnitud de agua. Con semblante enjuto, de rasgos ancestrales comienza el ascenso, dueño del primer aire que bordea la altura de su estatura. En la otra isla vive un hijo, un hombre que habla con las almas de los árboles y animales: un hombre calladamente callado, en silencio callado. Toma el águila en sus brazos al hombre y lo arropa en el calor de sus plumas. Hermosa canción de arrorró el corazón del hombre en las alas del águila. S aca el sol del agua sus alas amarillas. Comienza el avance de la luz. Imagen: Airam Hernández López Texto: Benita López Peñate ( del libro dedicado a mi padre "Libros de sal", Editorial Beginbook, 2010)

Qué es la poesía.

  Eterna pregunta como la vida lo es: ¿qué es poesía? Pregunta eterna de quienes la escriben. Tallero en silencio. De vez en cuando alguien responde desde la vida misma gota a gota destilada en el vaso. Gallinero de voces. A quienes escriben en su nombre la eterna pregunta convoca. Todos responden a un mismo tiempo permanencias y expulsiones del reino. Que perdonen los gallos y gallinas por traerlos a esta similitud donde no canta el alba ni despierta el día. ¿Quién canta los campos de millo? ¿Quién tiene el millo en el pico? Que la poesía responda. Que responda la tierra. Benita López Peñate

Siempre se mira al mar

  No sé el tiempo de vida de una gaviota, pero ellas llegan y miran al mar como si fueran sus guardianas. No sé cuánto viven pero entre todas es una eternidad, la misma eternidad del mar que cuidan. Esta fue la playa a la que venían mis abuelos, después mis padres y ahora mis hermanos y yo. Sigue siendo el mismo mar, la misma cadencia, la misma orilla. Y la miro igual que ellos la miraron. Siempre se mira al mar, mirada íntima, sobrecogida de inmensidad. Y entonces pienso que todas las miradas están ahí, las miradas de nuestros abuelos, de nuestros pa dres, a pesar de lo efímero, de lo momentáneo del tiempo de la espuma, del tiempo de una ola, entre todas las miradas tenemos una eternidad, la misma eternidad del mar que nos cuida. Benita López Peñate, del libro Libros de sal (Edición Begimbook, 2010)

Otra realidad

  Ojos a la noche el balcón de mi casa. Siempre se ve algo. Como esta luna ahora mismo. A un lado la luna en la noche y al otro el cristal de la puerta y la luna en el techo. E s tan real que abro la puerta. miro al techo de la sala y la luna no está. Apago la luz y tampoco está. Es tan cierta…; ¿ cómo es posible ningún vestigio de verdad? H ago una fotografía. Imagen espejo la luna en el techo La luna sí está. En el iris de mis ojos y de la puerta. Benita López Peñate

Alas

Alas sobre alas,  vuelos sobre vuelos  un libro abierto  unidas las páginas  al centro del camino. Lomo de estar viva.  Alas sobre alas,  vuelos sobre vuelos  ave de pecho libre.   Benita López Peñate

Buenos días

Ahí está el sol empezando a caminar y aquí estoy yo dispuesta a vivir el día como lo hace él: con las mismas horas cálidas, las mismas horas de fulgor y las mismas horas frescas al llegar la tarde. Salir a la calle temprano acompaña. Notas musicales en mis oídos escuchar los buenos días de los demás y los míos propios. Detrás de las palabras están las personas. Benita López Peñate

La choza del aire

  Unas sandalias de hilos, cada vez más deshechas cada vez más arena reclamando a la vida que me dé lo que me ha quitado. Que me dé la choza, que me dé las piedras, el aljibe y el guano. Que me dé mis pies descalzos. No es la pobreza lo que busco. Es la riqueza de la luz de una choza de cañas. Benita López
 El mar está bien pero es tan etéreo para estos días de tierra en el aire, tan movedizo para estos días de incertidumbre de tierra. El mar está bien para los días de tierra firme y los días de tierra cierta, para los otros días se me hace necesario adentrarme de montaña. Benita López
  La calle rota. Los árboles caminan dentro del muro. Pensaron lo visible, lo que ven los ojos: tallos y copas. Benita López

De donde vengo

 Vengo de familia aparcera, hija de Benita Peñate y de Celedonio López. El pueblo de mi infancia y adolescencia fue un pueblito de cuarterías llamado Canario Alto, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, Isla de Gran Canaria. Aunque mi infancia transcurrió en varias cuarterías(Canario Bajo, Las Longueras, Lomo Gordo) del mismo municipio, es en El Canario Alto donde tengo casi todos mis recuerdos y las luces y paisajes de savia blanca que poblaba las laderas y barrancos. Podría decir que fueron varios los pueblos de mi infancia, pero me sentiría disgregada, como si fuera un puzzle. Y por eso digo, el pueblo de mi infancia fue El Canario Alto, cuartería ubicada en lo alto de una montaña en la que viví de los 10  a los 17 años. El pueblo ya no existe, era una cuartería, todas las casitas han sido derruidas, salvo algunas paredes y techo de una pequeña hilera. El cuarto en el que Ana Demetrio enseñaba a leer y a escribir a los niños y niñas aparceras, conserva u...

Benita López Peñate

Nace en la Isla de Gran Canaria, en junio de 1963. Ha publicado varios libros: Miradas de agua (poesía, 1998), Libros de sal (poesía, 2010, editorial Beginbook), Rosalva (teatro, 2014), Celosía (poesía, 2015, editorial beginbook), Poemas Ocultos de Pancho Guerra (selección de poemas de Pancho Guerra esparcidos en su narrativa, 2015), bajo la dirección de Yolanda Arencibia Santana, Catedrática emérita de la ULPGC , Pasión de espigas (libro digital publicado por la editorial cubana Molino Blanco), De mi alma luces (Poesía, 2019, editorial Mercurio). Ha sido incluida en las antologías poéticas: La poesía de Canarias en viva voz. La voz de los poetas (2002), de Radio ECCA, Confluencias (2008), del Colectivo Literario Nueve Puertas, Desde aquí (2012), del Colectivo Literario CiudArte,  Lo personal y lo poético (2017), del Colectivo Literario CiudArte, Antología de 100 Escritoras Canarias (2020), de Maria del Carmen Reina Jiménez.  

Encuentros de verod

  Camino hacia atrás desprendida de mí al encuentro de mis ancestros. Los tópicos ocultan al mundo en la cabeza, guardo silencio: las cuevas están hablando. Sagradas escrituras el lenguaje gráfico de las rocas. Los símbolos que no entienda los guardo para otros encuentros, tal vez algún día algún hueso, alguna calavera me diga el significado de las palabras que me faltan. Benita López Peñate

Neandertal

  Neandertal. Ser humano también de otra especie. Mente poética. Estatuillas de Venus, decorados y pinturas rupestres. Pensamiento simbólico.   No atesoraban nada, el día siguiente era siempre en otro lugar: estatuillas, decorados y pinturas quedaban atrás, huellas de paso, huellas de resplandor, ojos asomados a los siglos posteriores, ojos a donde miran los ojos nuestros, ojos neandertales y ojos sapiens, ramas distintas, pero de un mismo árbol. Benita López Peñate