Y si aparecieras en este fruto...
Aun es verde nuestra concha.
Abrirla cuando sea madera.
Ahora no alcanzaría el ser
como lo alcanza la almendra
o un águila en el huevo de un nido.
2
Apago todas las lámparas.
En la ternura
no necesito guiar mis pasos.
3
Leo tu nombre
y mi corazón vuela.
Aletea en el aire
y regresa a la jaula de mi pecho.
Fotografía: Airam Hernández López
Texto: Benita López Peñate
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