Este poema lo escribí un día inspirado en Loly Miranda Pestana, en su trabajo y en su persona como Psicóloga en el Centro de Igualdad de San Bartolomé de Tirajana. Forma parte de un libro que publiqué en el año 1998, Miradas de agua. Muy mejorables son sus versos, tal vez ahora los escribiera de otro modo, pero al menos algo de ella son capaces de transmitir. Trabajamos juntas 25 años, desde 1992. Años difíciles, pero también de pasos hacia adelante, de mujeres queriendo reconstruir sus vidas a pesar de la inexistencia de ayudas económicas y de leyes específicas contra la violencia sexista. Mujeres que llegaban a Loly buscando la esperanza de su escucha.
Este lunes falleció. Le gustaban mucho las mariposas y también las lunas. Andará por ahí arriba.
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