Varada en la orilla, el agua fue el remo que me ayudó a navegar. Me sacó
de la orilla y me dejó en alta mar: Y ahora, rema tú, me dijo, barca de la mar. Y la barca tuvo los remos de
la sal. Ahora soy un velero, un velero que
abrazo. Mi pecho acompasa el ritmo.
Benita López Peñate
Benita López Peñate
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