No son calles de casas bonitas,

no las separan del asfalto
tierra de jardín,
pero tienen al cielo sobre el techo,
plantan flores y hortalizas.
El aroma a mesa humilde
llega a la calle
desde la memoria
de los surcos de tomatero:
pasos de Sur y Sureste las habitan.
Benita López Peñate
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