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Acequia


                                                                                           A mi hijo Airam, por acompañarme a los recuerdos de una                                                                                              acequia. Tierra esta origen de la madre.

El agua corriendo por la acequia y nosotros deteniéndola a la entrada de cada surco. Cuando se llenaba, pasábamos al siguiente. Poco a poco el agua se iba yendo a la hondura de las raíces, quedando en la superficie  la tierra embarrada . Así es para mí la poesía. Riega los surcos de la mente y después desaparece por esos mundos de ahí abajo que la sostienen. Si alguna vez me vieras planta de tomatero mustia, llévame al agua de una acequia. Y si fueran días de verano, días de agua ausente, no importa, llévame de todos modos. Los recuerdos que despierta el cauce seco de una acequia de piedras, es agua suficiente. Soy también semilla nacida en tierra de secano.
Fotografía: Airam Hernández López
Texto: Benita López Peñate

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