Para reconocernos nos miramos a los ojos más que nunca. Protección frente a la pandemia. Oculto el rostro tras la mascarilla la frente recupera los cimientos de la luz. Costumbre que nunca se debió perder. Los ojos de nuestros ancestros. Cuando la muerte desaparezca y salgamos libres a la calle con el rostro al descubierto, ojalá los ojos no pierdan el lugar que le corresponde en el edificio de la luz y de la sombra. Fotografía ojo de Hari : Gloria Cabrera Autora texto: Benita López Peñate
Benita López Peñate