Lo mejor que nos puede suceder:
un ave en el cielo volando
levantándose la mañana con nosotros.
En las alas del ave van nuestros sueños,
cordeles invisibles nos unen:
el ave vuela
y nuestro corazón se mueve.
No somos marionetas,
somos personas caminando:
anclas de corazón y alas.
Benita López Peñate
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Hermoso, amiga hermana querida.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida amiga hermana. Un abrazo de raíces caminantes desde Canarias a La Habana.
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