Acera
fúnebre.
Quienes
pasan,
ahí
mueren.
Acera
testimonio fiel
del
interior de un bar:
conversaciones
guillotinas
en
cuellos inocentes.
Palabras de
rictus amargos
de
seres que nada anhelan,
perdida
la mirada en un vaso
como
si el alcohol fuera el calor de la esperanza
en
el frío gris del vacío
de
un agujero abierto en sus cabezas.
Bares
lúgubres,
velados
al aire y a la luz de la calle,
a la
luz de la mirada abierta
de
los ojos conectados a la vida.
Benita López Peñate
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