TEXTO: BENITA LÓPEZ PEÑATE
Con el paso de los años todo se desvanece, solo luces y sombras perduran. La luz no tiene edad, imposible saber si son de hoy, de ayer o de mañana las mujeres y hombres de esta imagen. El lugar también desaparece, la vestimenta se desmorona, la alegría de este muro puede ser de la Habana o de un pueblo de mi isla. No hay tiempo, en la luz el tiempo no existe: nada envejece, no envejece el amor, la amistad, el respeto, la imperecedera alegría de la luz no envejece. Después del último baile —desdibujada la materia—no se distinguirán las figuras, pero las luces y sombras permanecerán en la memoria de una calle.
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