¡Cuánto amor derrama la noche en su forma apacible
de estar y cuánto amor este modo mío de estar yo en su piel negra! De ella vino la luna a mis labios escrita. Ojalá devenga cenizas y carbón: llamas de
hoguera, presencia de luz, luna en mis labios que oran en el templo de la
esperanza al arte de ensoñación del silencio. El rezo de la escritura me da
templanza, rosario de semillas en arrullo de letanía: encarnado en espíritu el silencio dibuja el paisaje de afuera en mi piel.
Benita López Peñate
Benita López Peñate
Muchas gracias, querida amiga. Me alegro mucho de que te guste. Y como siempre, solo tienes palabras con ternura y fuerza para mí. Un abrazo inmenso de amistad y gratitud.
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ResponderEliminarMuchas gracias, Juan, me alegro de que te guste. Un saludo
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