lunes, 14 de mayo de 2018

UNIDAD


                                                
La naturaleza siempre tan presente se vuelve hoy interrogante para mí. María Zambrano dice: «El ser de la naturaleza es invariable». Entonces, ¿es invariable el árbol? ¿Cómo es posible que sea inmutable lo que hasta ahora ha representado movimiento para mí? Y descubro la causa. La unidad. La raíz permanece invariable. Las hojas, las flores y el fruto son la expresión escrita de su voz. Un día me dije: «No te preocupes, serás un puzle». Y sí era para preocuparme, ¿cómo reconocerse, entre sí, versos escritos con voz diferente aunque tuvieran intención de conformar un solo árbol? Es tan difícil cuando el ritmo no es el apropiado… ¿...? ¿Apropia-do? ¿A-propia-do? ¡Increíble!. Mi corazón deposita fuera las imágenes en súplica de fuente, el deseo de libertad niega en él otras melodías, no quiere que ningún cauce lo apropie. Es doloroso y largo el aprendizaje del agua. Solo cuando se haga río, será capaz de su propia música.  Seguramente distinta a la de ahora, aunque siempre mirándose en el agua primera que le dio el ser: sería absurdo un corazón desdiciéndose de sus propios latidos.
BENITA LÓPEZ PEÑATE

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