sábado, 26 de septiembre de 2020

Savia de libertad

 


                                                                                            A Airam, Evaluna y Jana

Los pájaros también se posan en los árboles secos. ¿Es motivo suficiente para no limpiar el bosque? Y si no existiera bosque, sino arbustos nacidos al azar, sin más verde alrededor y, por ello, por nacer al azar, en tierra de agua esporádica por no ser tierra de lluvia, naciendo solo de rocíos nocturnos de mera humedad,

cuando las raíces crecen no tienen el sostén de agua suficiente para que corran las acequias de savia y mueren y ahí permanecen en pie, ¿es motivo suficiente que los pájaros se posen en sus ramas para aceptar que cubran el horizonte con sus ramas secas frente a la casa? ¿Sería imagen hermosa para los ojos de mi hijo y su familia cuando al amanecer abran las ventanas? Sí,  podría ser motivo suficiente en una lectura de sensibilidad sencilla. Aunque el pasado, el presente o el futuro tengan ramas secas, estas ramas sostienen voces de cantos y alas; vienen los pájaros y los toman como sustento para el canto, o como estación para detenerse: son campos de juegos, o campos para dormir, o campos para descansar cuando buscan en derredor alimentos para sus picos o ramitas para sus nidos. Si vienen, algo han de tener; y si hay canto, y si hay alas, y si hay vuelos algo de espíritu de libertad tienen esas ramas. Pero está la otra lectura. La imagen alegre de los pájaros saltando de unas ramas a otras de un árbol seco

puede llevar a la no limpieza del bosque cuando es necesario, a la no limpieza de todo lo que impide ver el horizonte: el anclaje a cosas de la vida que ya están muertas y que se apropian del alma humana como si fuera un cementerio, alma cementerio de cosas muertas. Ante esta disyuntiva decido quitar los arbustos secos frente a la casa que hasta hoy ha sido la casa mía pero que a raíz de mañana será la casa de mi hijo, raíz que quiero tenga agua siempre, que no haya rastrojos que obstaculicen los caminos naturales del agua.

            Benita López 24 de septiembre 2020

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