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Protección de la manada


                                                                    A mi hijo Airam, protagonista de este relato.
                                                                     Suyo también es el título.

Cantos de pájaros en el patio. La algarabía es más intensa que otras mañanas. Un pájaro aletea en el suelo, es una cría, abre sus alas, pero no alcanza la altura del vuelo y cae. Sobre las rejas los cantos se vuelven más intensos,  tres pájaros presencian la escena y uno corre de un lado para otro. Intenta cogerlo pero se escapa, alza el vuelo, cae, corre y se esconde en el cuarto pileta. Pasan las horas y llega el hijo. Continúa la algarabía y le cuenta lo sucedido. El hijo entra al cuarto y sale con el pájaro en las manos. Sube a la segunda planta, abre una ventana; frente a él están los pájaros, pero ante el temor de que caiga de nuevo, desiste. Baja la escalera, sale a la calle y lo deposita en un solar vacío. Los tres pájaros, posados ahora sobre un poste de la luz junto a la casa, salen corriendo y en el suelo lo arropan. Protección de la manada, comenta el hijo.
Benita López Peñate

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