Llegamos y empezamos a subir, cada vez más arriba, hasta el último tramo donde todo se difumina Así es nuestro viaje, viaje en el tiempo que a la materia desaparece. Pero en cada peldaño las huellas de cada uno coninuan, ¿quién no recuerda la espiral del ADN?
Poema y fotografía: Benita López Peñate
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