Inspirado en mi hijo
Abandona los caminos urbanos
y toma los caminos de tierra.
Pedalea, hacia arriba, la montaña.
La arboleda neuronal
se retira del asfalto,
y el humo de los pies
queda libre y se aleja.
Se van las horas de cansancio,
los caminos trillados,
las horas carentes de aire.
Todos los obstáculos se van
y todo queda abierto.
Movimiento y quietud.
En lo alto de la montaña,
detiene, junto a un cardón, su bicicleta.
El caminante descansa.
FOTOGRAFIA: Airam Hernández López
Un cardón y una bicicleta juntos.
El caminante está descansando.
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