sábado, 16 de abril de 2022

Cuando ya no esperas, es el camino.

Roque Aguayro



 

                                                                            A los poetas Reyna Esperanza y Roberto Manzano


Cuando ya no esperas nada y te retiras,

y sigues sin esperar nada y te retiras un poco más,

a tu casa pequeña porque ya no esperas nada,

no esperas que te nombren, no esperas que cuenten contigo,

que te mencionen en antologías, que te inviten a mesas brillantes,

entonces los ruidos desaparecen y tu casa pequeña se convierte

en espacio sagrado. Tocas al silencio y el silencio te responde;

tocas las paredes, y tus dedos se llenan de poemas:

del techo cuelgan versos, de la cama recibes poemas,

de los muebles, de la silla escuchas poemas.

Es un asombro y no quieres salir de ahí,

suelo algodonado para caminar las horas interiores.

La casa tiene música: las paredes, las sillas, la cama

son las teclas de un piano. Y el suelo por donde caminas,

también es música. Un mundo grande es el reino de la poesía,

pasillo del que ya no es posible regresar.

Fotografía: Airam Hernández López

Autora del texto: Benita López Peñate

Un poema haikus de mi hermana Ana, en Playa Blanca (Puerto del Rosario, Fuerteventura)

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