Escultura a Victor Jara. La guitarra podría ser de cualquiera, las manos solo pueden ser suyas, separadas del cuerpo tocan las cuerdas del aire. En un banco próximo alguien lee un libro. De lo que arde y sobrevive son la escritura y la música, madera y acero. Las nueve de la mañana. Ayer fueron las primeras lluvias, la calle huele a limpio. Alrededores del Mercacentro. Unos van y otros vienen como mejor pueden en el trajín diario de estar vivos. Benita López Peñate
Benita López Peñate