sábado, 18 de febrero de 2017

Agua propia


Cada agua tiene su huerta, sus matices de verduras y frutales. Espesos muros la aíslan, corazón de día en la calle y de noche a resguardo: paredes nocturnas del pensamiento. El agua ajena no sacia nuestra huerta: los árboles no coinciden con los frutos que dicen ser suyos y las flores se desgajan del verde que las sostienen si el agua y la tierra no se pertenecen. En el agua propia la savia fluye por caminos innatos e invisibles que  a sí mismos no se nombran,  siendo la tierra y el aire quienes por ellos hablan en la ondulada senda de la belleza. No hacen bulla.
BENITA LÓPEZ

Un poema haikus de mi hermana Ana, en Playa Blanca (Puerto del Rosario, Fuerteventura)

                En noches libres             los cantos de las pardelas.               Suave murmullo.   Fotografía: Ana López Peñate Poema:...